lunes, 12 de mayo de 2014

Movistar y las subcontratas como instrumento para el acoso empresarial

Movistar y las subcontratas como 
instrumento para el acoso empresarial

Las subcontratas, un medio por el que las empresas olvidan su responsabilidad empresarial, reducen su conflictividad laboral, presionando para que otros ejerzan por ellos la presión sobre los trabajadores. Varias empresas que trabajan para Movistar usan los mismos métodos de acoso laboral.


En enero de 2012 Luis Miguel Gil Perez, presidente de Telefónica Movistar, anunció que el servicio de Atención al Cliente 1004 regresaba a España. Lo que no anunció es que era una medida meramente cosmética ya que los servicios especializados como reclamaciones escritas fueron llevados a plataformas operativas fuera de España y el servicio del 1004 sería atendido por subcontratas, de manera que los trabajadores subcontratados cobran mucho menos que un trabajador de telefónica.

Esta situación, que en un principio parecía una garantía del empleo en subcontratas como Extel (4 centros en Coruña, Málaga Madrid y Zaragoza), en realidad ha supuesto una precarización en el empleo.

En el caso de Extel ese mismo año hubo amenazas de cierre de centros de trabajo y tras garantizar que el peligro de cierre había acabado, comenzaron los despidos de trabajadores con contratos indefinidos o con contratos de obra de más de 7 años.

Han pasado dos años de la vuelta del Servicio de Atención al Cliente de Movistar y las consecuencias en estos centros de trabajo que pertenecen al grupo Adecco han sido nefastas, además de la presión y miedo a los despidos tenemos la certeza de que cada una de nuestras conversaciones con los clientes puede ser grabada y usada para sancionar o pagar menos a los trabajadores que tienen un sueldo base que no llega a los mil euros.

El número de personas que controlan tu trabajo crece día a día, pero estos no están para ayudarte o para formarte, están para ejercer una política de terror, con gritos, presiones y frases dignas de matones como “me he quedado con tu cara” a personas que osan protestar.

Las constantes gritos dando instrucciones o “motivadoras” exclamaciones hacen que el/la operador@ tenga que interrumpir constantemente la comunicación para que el cliente no escuche la algarabía.

Para rentabilizar este servicio de atención al cliente que la ley obliga a prestar, Movistar ordena que en cada una de las llamadas se haga el ofrecimiento de un producto que no tiene porque ser el que el cliente necesite, si no el que Movistar tiene intención de vender. Todo ello estableciendo un tiempo máximo de atención de 5 minutos con lo que la consulta del cliente tiene que ser atendida a toda prisa.

Todo esto hace que la salud de los trabajadores se resienta y se generen enfermedades relacionadas con el stress añadidas a unas condiciones ambientales, en los centros de trabajo, no aptas para el trabajo con temperaturas extremas, sillas deficientes y aplicaciones que fallan constantemente.

Las subcontratas son la cadena de transmisión de lo que pide Movistar aumentando además la carga de presión para obtener unos beneficios aún mayores.

La deshumanización en las subcontratas llega a tal punto que en el centro de Extel de zaragoza la empresa intentó impedir un desalojo con las alarmas anti-incendio sonando.

Pero esto no solamente pasa en los centros de trabajo de Extel pasa también en las otras subcontratas de Movistar en Atento en Barcelona, Madrid, Lleida, León, Sevilla, Bilbao etc...

¿cómo es posible que dos empresas trabajen y presionen de la misma forma?

Porque todas son subcontratas de la misma empresa y los métodos con los que actúan son cuando menos sugeridos por Movistar ya que el protocolo de trabajo lo marca esta empresa.

Movistar otra de esas empresas sin ninguna ética y que practican y fomentan el acoso laboral amparados por una desregularización del mercado de trabajo. Otra empresa buque insignia de la Marca España.