lunes, 17 de octubre de 2016

No es fácil ser teleoperador (y no morir en el intento)

No es fácil ser teleoperador 
(y no morir en el intento)


El 75% de teleoperadores colgaron los cascos y secundaron una huelga de su sector el 6 de octubre. Hoy quiero dar mi apoyo a todos las trabajadoras y trabajadores del sector teleoperador. Personas que, detrás de una línea de teléfono, luchan cada día para conservar un puesto de trabajo precario, con sanciones injustas y donde los ataques de ansiedad están a la orden del día.

En lo sucesivo, cada vez que llame usted a uno de estos servicios de atención al cliente, tal vez sería aconsejable recordar lo siguiente: lo más seguro es que usted no hable con un empleado de la empresa con la que ha contratado el servicio. La estadística afirma que lo más probable es que usted hable con una persona subcontratada, temporal, a la que apenas se ha facilitado la formación necesaria para realizar las funciones que deberá desempeñar y que, la mayoría de las veces, hará cuanto esté en su mano para ayudarle. 

Desgraciadamente, muchas veces no dispondrá de más herramientas que su buena voluntad. Una buena voluntad que, a su vez, alguien estará cronometrando bajo amenaza de despido.