Debo confesar que yo me había propuesto hablar del Serious Sam en mi siguiente post, pero resulta que cada vez que me pongo a escribir alguien la ha liado en algún sitio.

Casi da la sensación de que me estoy convirtiendo en algo parecido al abuelo Simpson de esta web: sólo vengo a quejarme sobre lo mal que están las cosas y lo harta que estoy de ciertos colectivos.
Hoy voy a hablar un poco de sexualización y un poco de lo que se me ocurra, para no perder costumbre.

No prometo nada. Allá voy.

Precisamente en estos días se habla mucho de la sexualización en el mundo de los videojuegos. La buena noticia es que está a la baja. Las armaduras tanga han pasado de moda y los desarrolladores han empezado incluso a entender lo de que las mujeres también pasamos frío. ¿Dónde está el problema?

En que entonces lees en un foro “sí pero, ¿la sexualización masculina qué?”.

Y en ese momento te metes el bic cristal con el que estabas garabateando entre los dientes y aprietas hasta que notas que ya masticas trozos de plástico. ¿Y la sexualización masculina, qué?

Detallemos primero lo que es la sexualización.

Sexualizar no es mas que dotar de carácter sexual a algo (persona, objeto, conversación…).

Sexualizar significa que algo (en este caso un personaje) ha de chillar “SEXO” cuando lo ves.

Lo primero que nos viene a todos a la cabeza es la vestimenta. Poca vestimenta…e incluso ausencia de ella. Pero la verdad es que sobre la ropa y las poses que se les otorga a las mujeres no vale la pena ni empezar a hablar. 
 
Aquí Quiet preparada para tomar la Bastilla. O algo.

Lo único que recomendaré sobre el tema (por si no os suena) son:

La iniciativa Ojo de Halcón”, un movimiento artístico nacido en la red que reimagina todas las portadas de cómic con heroínas absurdamente sexualizadas cambiandolas por nuestro sufrido héroe. Resulta tan hilarante como ridículo.

El escritor Jim C. Hines que se dedica a rehacer personalmente las portadas de libros de fantasía y Scifi con protagonista femenina poniendose a él en lugar de la chica. Con idéntico resultado.
 Llevar el tanga incrustado hasta ¿la columna? 
es comodísimo a la hora de luchar.

La lista de personajes femeninos que han sufrido esta distorsionada representación es muy larga (de hecho han sido casi todas en todos los géneros). Pero incluso si fueran tapadas hasta el cuello el problema seguiría ahí.

Y es que (sorpresa sorpresa) sexualizar no es sólo “vestir sexy”.

Podemos hablar de sexualización cuando señalamos la falta de mujeres en la franja entre los 30 y los 60 años (sí, hay alguna que te juran que tiene 40, pero tú no se los ves por ningún lado). En el maravilloso mundo de los videojuegos las mujeres son primero niñas, después pibones que se conservan increíblemente bien desde la pubertad hasta los 60 y entonces pasan a ser venerables ancianas.

¿Hay honrosas excepciones a esta regla? Sí. Por ejemplo Susan de The cat lady, un juego del que ya os hablé, o la reciente Ana Amari de Overwatch.
 
Otras formas de sexualización es negarle al personaje el derecho a expresar emociones de forma poco estética. Puede llorar, pero nunca a moco tendido. Puede chillar, pero sin que sus facciones se vean grotescas. Puede reír, pero que no marque arrugas.
Sobre esto recuerdo los comentarios contra las protagonistas del último Dragon Age. ¿Cuántos niños rata se quejaron de lo “feas” que eran Cassandra, Sera, Vivienne…? Mirad sus gestos. Mirad sus rostros. Son humanas. Gritan, se enfurecen, e incluso tienen cicatrices y arrugas. Y es que Bioware lo está haciendo bien, y cada vez mejor. (A la izquierda:
Sera y sus bolsas en los ojos.)
 
El gran ejemplo lo tenemos con la asari del tráiler del Mass Effect Andrómeda. Particularmente (a mí) nunca me ha gustado Liara. De hecho es un personaje del que huyo en todas mis partidas. Me molesta su aspecto aniñado, su cargante tono de voz en preorgasmo, las miradas lánguidas con sus enormes ojos, y la eterna actitud pánfila (que fue mejorando durante la saga, es cierto) de “Shepard, hazme tuya”. Y de repente presentaron a otra asari. Una que en sus dos segundos en pantalla dejó claro que no tenía nada que ver con la silenciosa y discreta geisa espacial. Una que sonreía de oreja a oreja marcando su maravillosa mandíbula cuadrada. ¿Todos recordamos el cataclismo, verdad? Cuántos lloros. Cuántos “qué fea”, “es un travelo”. Fue maravilloso.



Hablemos ahora de la sexualización masculina.

Y es que los hay que siguen asegurando que los hombres tienen la misma ración de sexualización que las mujeres (El eterno “Que Kratos va sin camiseta enseñando músculo”).
 ¿Qué es sexualización? preguntas clavando en mi pupila tu pupila azul…
Eso, queridos míos se llama “fantasía de poder” y no tiene nada que ver con la sexualización. Kratos no es el personaje CON EL QUE TE QUIERES ACOSTAR. Kratos es el personaje QUE QUIERES SER (aclaración para posibles comentarios quisquillosos: hay chicas a las que les gustan los hombres musculados. Sí. Incluso hay chicas que pueden encontrar sexy a Kratos. Pero Kratos no tiene una actitud sexy de forma activa).

En este caso el protagonista, el héroe, el Dios con barba de tres días que se quita la camiseta destilando testosterona, no quiere ser nuestro chico cocacola. Sólo es “el molar”, como Conan sentado en su trono.
 

Todo su lenguaje corporal chilla una sola cosa “aquí manda mi polla”, y eso, aunque implique órgano sexual y mucho músculo tiene poco que ver con estar sexualizado.
Aquí, de nuevo, Bioware empieza a hacerlo bien. Dorian, el nigromante de Dragon Age comienza a ser sexy. Nada por lo que podamos tirar muchos cohetes, pero oye, le tenemos sin ropa en una escena. Que es mucho.
En conclusión y para no enrollarme más, ¿lo que estoy diciendo es que la sexualización es mala?

No. Ni mucho menos.

(A la izquierda:  fantasía ” era que un nigromante desnudo critique tu gusto con las cortinas.)

Los juegos son (al fin y al cabo) una forma de entretenimiento. Cada uno tiene su público y no hay nada de malo en que exista el elemento sexual en los que sean para adultos e incluso adolescentes.

Al final, todos jugamos para divertirnos.

Lo que sí ha de existir es, por una parte una concienciación de que eso no es la realidad (suena estúpido, pero hay personas para las que no acaba de quedar claro) y una igualdad en la representación. Si una mujer está ridiculamente sexualizada sus compañeros masculinos deberían estarlo también (y no hablo de fantasías de poder, ni de representaciones creadas por hombres heterosexuales que CREEN saber lo que nos gusta a las mujeres).

Porque cuando eres mujer y juegas a cualquier juego en el que tu género no es más que el adorno el mensaje que recibes es alto y claro “esto no es para ti” (De verdad, chicos, echadle imaginación. Poneos cualquier escena de Quiet y tratáis de imaginarla con un stripper a lo Magic mike que lleva la misma cantidad de ropa encima que ella. Después lo extrapoláis a todos los juegos). Borremos ese mensaje.

Aquí hemos venido a pasarlo bien todos.

P.S:
*No estoy diciendo que todos los juegos deban estar sexualizados, ni mucho menos.

*He elegido a Kratos de ejemplo por una conversación que recuerdo haber tenido hace poco, pero podéis poner aquí al mocetón entre 30 y 40 con barbita y pinta de malote que más os guste también… Snake, Geralt.